¿Por qué ir a un psicólogo?
Un psicólogo es un especialista de la salud mental y la psicología clínica una rama de la ciencia psicológica que se encarga de la investigación de todos los factores, la evaluación, el diagnóstico, el tratamiento, la rehabilitación y la prevención que afectan a la salud mental y a la conducta adaptativa.
Es una especialidad de la psicología que atiende, por un lado, las circunstancias que pueden generar malestar y sufrimiento a las personas y por otro, enseña a descubrir y a mejorar las capacidades que todos tenemos para sentirnos bien y afrontar nuestros problemas.
Áreas de Intervención.
La intervención psicológica en la infancia y adolescencia se aborda desde la perspectiva evolutiva del niño y se lleva a cabo un tratamiento integral de los problemas personales, familiares, escolares y sociales, que pueden aparecer en esta etapa tan temprana de la vida y tan decisiva para el desarrollo del niño/a.
Por estos motivos desde Conducta y Salud ponemos a tu servicio nuestros recursos para ayudarte a cambiar.
Hay ocasiones que tenemos que afrontar situaciones especialmente difíciles y nos sentimos incapaces; y otras veces simplemente sentimos que nuestra vida no es como queremos que sea y nos planteamos vivir con un mayor bienestar.
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Nos encontramos distintos procesos de envejecimiento y numerosas formas de envejecer. En el envejecimiento cuentan los factores genéticos, las mejoras sanitarias y el momento social de cada uno, pero la diversidad se debe fundamentalmente a las acciones y a las conductas de las personas a lo largo de su vida, incluida la etapa de envejecimiento propiamente dicha.
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La importancia del desarrollo de las competencias de la comunicación y el lenguaje en el ser humano es indiscutible, ya que los trastornos del lenguaje pueden incidir de forma importante en: el fracaso escolar, baja laboral, favorecer la inseguridad, dificultar la relación con el entorno… . Por lo que la detección e intervención temprana favorece la superación del problema, además de favorecer que no se añadan otras dificultades como baja autoestima, retraso en la adquisición de conocimientos, aislamiento, …sin olvidar la tensión que se suele crear en casa al no saber qué hacer.
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La relación de pareja puede aportar felicidad y bienestar a nuestra vida o convertirse en una experiencia muy dura y una fuente de insatisfacción, malestar y sufrimiento en uno o ambos miembros de la misma, además de generalizarse a otras áreas de nuestra vida. Pasar por alguna crisis y tener dificultades es normal en la convivencia, pero se pueden superar y la pareja salir fortalecida. La primera alternativa para resolver los problemas o las crisis de pareja no tiene que ser separación o el divorcio, ya que tienen consecuencias muy desagradables tanto para ambos miembros de la pareja como para los hijos.
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La Mediación Familiar aborda las dificultades y conflictos familiares, con la intervención de un mediador neutral que tiene como objetivo facilitar la resolución de una disputa entre dos o más partes, identificando los problemas, buscando alternativas de mutuo acuerdo.
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