La relajación como punto de partida hacia la felicidad.

Los adultos estamos acostumbrados a diferentes técnicas de relajación y respiración, siendo cada vez más frecuente combinar ejercicio físico con relajación y meditación (yoga, pilates). Entendemos además que la relajación se puede entrenar y puede ser útil en distintas situaciones cotidianas, siendo fundamental para el manejo de la ansiedad.

Las técnicas de manejo de ansiedad pueden enseñarse desde la infancia, favoreciendo el establecimiento de hábitos saludables que facilitan la adquisición de otras competencias, como la autorregulación emocional e inteligencia emocional, la autoestima adecuada, y el manejo de situaciones de ira.

Todos los programas de manejo de la ira o de inteligencia emocional, deberían incluir este tipo de técnicas, como en nuestros talleres de Conducta y Salud (taller del manejo del enfado; taller de inteligencia emocional), ya que es esencial que el niñ@ identifique correctamente sus emociones (entre ellas la ansiedad) y sea capaz de gestionarlas.

Sin embargo, no todas las técnicas de relajación pueden resultar fáciles para los niñ@s.

 

¿Cuál es el mejor método para enseñar relajación a los niñ@s?

La respuesta es sencilla, la relajación muscular. Pero no una relajación muscular cualquiera, sino el procedimiento de relajación muscular de Koeppen.

La relajación muscular progresiva es un método desarrollado por Jacobson en 1929, que consiste en enseñar a las personas a relajarse mediante ejercicios a través de los cuales se van tensando y relajando de forma alternativa varios grupos musculares. El objetivo es identificar las señales de tensión en el organismo y posteriormente reducirlas.

Metodología Koeppen

A los niñ@s se les puede enseñar esta técnica a modo de juego adaptando los ejercicios a su edad, con una de las variantes más utilizadas, el procedimiento de relajación muscular de Koeppen, que se puede practicar tanto de forma individual como grupal. Este procedimiento, consiste en utilizar ejemplos de imágenes de animales u objetos cotidianos adaptadas al contexto inmediato infantil, para entrenar los distintos grupos musculares y enseñar la respiración abdominal. Cada imagen o historia nos indica la manera de tensar y relajar los diferentes músculos, empezando con las manos y brazos y terminando con las extremidades inferiores.

Sirva a modo de ejemplo, si queremos que el niñ@ identifique la tensión en la cara, le contamos a modo de historia que una mosca se va a posar en su cara y no puede apartarla usando las manos (“¡manos atrás!”); le decimos entonces que contraiga la cara, apretando la nariz, cerrando fuerte los ojos y frunciendo los labios; mantenemos esa tensión unos segundos y luego relajamos.

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Este ejercicio de identificar la tensión y relajación en la cara puede ayudar a los niñ@s a reconocer en su cuerpo cuando tensan estos músculos (cuando me enfado, cuando estoy muy preocupado, cuando estoy muy concentrado…) y lo pueden relacionar con determinadas situaciones (“¡Claro por eso me duele tanto la cabeza hoy!”).

El siguiente paso de manejar la ansiedad, pasa por haber sabido primero identificarla en nuestro cuerpo y con el entrenamiento de técnicas musculares los niñ@s pueden adquirir este aprendizaje de forma fácil y divertida.

En Conducta y Salud te ofrecemos talleres de relajación adaptados con esta metodología para diferentes grupos de edad (4-7 años; 8-11 años; de 12 años en adelante), durante todo el año, además de enseñar técnicas de relajación en nuestros talleres de manejo del enfado y de inteligencia emocional.

Infórmate sin compromiso, ayuda a tu hij@ a identificar sus emociones y a saber manejarlas de forma fácil y divertida.

 

Autor: Ana Navea Martín

Psicóloga sanitaria

Un niño relajado, un niño feliz
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