¡Cómo pasa el tiempo tu hijo/a ya tiene 6 años!

Ha llegado el momento de empezar una nueva etapa escolar “la Educación Primaria” y enfrentarse a nuevos retos. Amplía más sus contactos con la sociedad y estudiar es una actividad importante. Busca la aceptación del grupo y será en la escuela donde aprenderá muchas de las herramientas que le ayudarán a desenvolverse primero en la etapa adolescente y después en la de adulto.

La forma de establecer los vínculos con su grupo de iguales es el juego, le permite interaccionar con sus compañeros e ir ganando confianza en sus capacidades y aprende a aceptar y respetar las normas. Además de desarrollar su autoestima y su individualidad.

Es capaz de mantenerse durante más tiempo separado de sus padres, si ha crecido en un ambiente familiar seguro tendrá más facilidad para establecer relaciones sociales y una mejor autoestima.

Es una etapa en la que responde a las etiquetas “bueno y malo”, “correcto e incorrecto” y de las primeras reglas que interiorizan están las prohibiciones. Observan los comportamientos de otros, para obtener las recompensas o evitar los castigos y empiezan a desarrollar la capacidad de asumir role.

A lo largo de esta etapa las dificultades más frecuentes con las que nos podemos encontrar son:

Conducta y Control del Impulso.

Control de Esfínteres.

Alteraciones en la Alimentación.

Hiperactividad, Impulsibidad.

Adaptación a la Escuela y Aprendizaje.

 

Acoso, «Bullyng» escolar.

Dificultades en la Relación con los demás.

Falta de Autonomía.

Ansiedad, Miedos, Fobias, Obsesiones.

Estado de Animo Triste.

 

Si tienes alguna dificultad es hora de contactar con un psicólogo. En Conducta y Salud contamos con un equipo especializado en psicología de la infancia, en el que se analiza cada caso. Por un lado, se tienen en cuenta las diferentes etapas del desarrollo para diferenciar los comportamientos adecuados e inadecuados para su grupo de edad y por otro, la intervención se lleva a cabo con el menor y los padres, a quienes se les proporcionan las pautas necesarias para manejar adecuadamente las conductas inadecuadas y las dificultades que tiene el menor.

Cuando el caso lo requiere se incorpora al programa de intervención, previa autorización de los padres, a los profesores y a los cuidadores que participen en su crianza, con el propósito de obtener información sobre el niño, darles pautas que favorezcan conseguir los objetivos marcados y conseguir su colaboración.

Si te dices “no sé qué hacer”, es el momento de acudir a un profesional para que te de la respuesta.

 

«Educar no es fácil y los hijos no traen un manual de instrucciones cuando nacen».

Ifanto – Juvenil